Ciudad de México CNN  — 

Gadi Mokotov fabrica automóviles blindados. Viviendo en la Ciudad de México, ve todo tipo de demandas para vehículos blindados: desde camiones militares y vehículos gubernamentales secretos hasta los Cadillacs de los grandes empresarios de la capital e incluso Hondas de 10 años de antigüedad.

A medida que la violencia criminal aumenta en todo el país, las filas para sus servicios se han hecho más largas, y cada vez más de sus automóviles personalizados regresan para reparaciones con impactos de bala y ventanas destrozadas.

“Vivimos en una guerra”, declaró a CNN. “Una guerra contra los cárteles”.

A pesar de los esfuerzos de gobiernos sucesivos por combatir a los cárteles profundamente arraigados en México, decenas de miles de personas mueren cada año en hechos relacionados con el crimen, de acuerdo con cifras oficiales. Recientemente, Mokotov cuenta que uno de sus clientes privados en Guadalajara llevó de regreso su camioneta Ford a su taller con más de 100 impactos de bala y rompió en llanto, agradecido de haber sobrevivido a una emboscada.

En años anteriores, la Ciudad de México era vista como un oasis relativamente pacífico en el país. No obstante, incluso ahí, la violencia está en aumento, con los homicidios incrementándose más del 150 % en comparación con el mismo periodo del año pasado, según reportes de El País.

Algunos ataques parecen estar diseñados para enviar un mensaje a la clase política mexicana. La semana pasada, dos funcionarios cercanos a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, murieron por disparos camino al trabajo, en lo que las autoridades concluyeron que fue un “ataque directo y altamente planeado”. Unos días antes, una candidata a la alcaldía en el estado de Veracruz fue asesinada a tiros junto a otras tres personas durante una marcha festiva de campaña.

Autos blindados por la empresa ETTS Blindajes de Gadi Mokotov en la Ciudad de México.

A medida que se acercan las controvertidas elecciones judiciales nacionales este domingo, algunos mexicanos en todo el país se preparan para lo peor.

Según el think tank mexicano Laboratorio Electoral, las elecciones legislativas del año pasado fueron las más violentas de la historia, con más de 40 candidatos asesinados y cientos de incidentes violentos, incluidos ataques y secuestros, en su mayoría atribuidos a cárteles que buscan influir en el voto e intimidar a los candidatos.

Aunque la antesala de la votación judicial de este año no ha sido tan sangrienta, persiste un clima de miedo. En todo el país, al menos cuatro candidatos ya han abandonado sus campañas tras recibir amenazas, de acuerdo con la organización internacional de investigación de conflictos Crisis Group. Además, varios jueces se han negado a hacer campaña en zonas controladas por cárteles. Desde 2012, al menos 17 jueces y seis secretarios judiciales han muerto en relación con su trabajo, señala el grupo.

Una votación polémica

Uno de los últimos actos del expresidente Andrés Manuel López Obrador en 2024 fue aprobar una reforma constitucional que obliga a que todos los jueces del país sean elegidos por voto directo, un cambio radical respecto al sistema de nombramientos internos que había predominado en el poder judicial mexicano hasta entonces.

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Todo listo en México para la primera elección del Poder Judicial en su historia
05:02 - Fuente: CNN
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La votación —que sus partidarios ven como un esfuerzo para garantizar la autonomía e imparcialidad de los jueces— ha sido respaldada por la sucesora y protegida de López Obrador, la presidenta Claudia Sheinbaum. El domingo 1 de junio, miles de candidatos competirán por los 881 cargos en juego.

César Gutiérrez Priego, abogado penalista en la Ciudad de México y candidato a un puesto en la Suprema Corte, dijo a CNN que ha hecho campaña esta primavera con un chaleco antibalas bajo el traje.

César Gutiérrez Priego en su casa en Ciudad de México.
El chaleco antibalas de Priego, que usa diario bajo la ropa durante su campaña para un puesto en la Corte Suprema de México.

“No huele muy bien. Pero es algo que tenía que hacer porque debo protegerme. Tengo dos hijos y no quiero ser solo un número más”, dice sobre el chaleco, que lleva usando dos meses durante la campaña.

Priego no es ajeno al potencial de violencia y corrupción en la política mexicana: decidió estudiar derecho en sus veintes, después de ver a su padre, un alto mando militar y entonces zar antidrogas de México, encarcelado por lo que él asegura fueron cargos falsos.

En todo el país, la confianza en el sistema de justicia se ha roto una y otra vez. Los jueces son ampliamente percibidos como algunos de los funcionarios más corruptos del país, y muchos casos de alto perfil nunca se han resuelto. En 2022, solo el 16 % de las investigaciones penales se resolvieron, de acuerdo con Human Rights Watch.

Los críticos argumentan que abordar estos problemas requiere cambios mucho más profundos —incluyendo reprimir al crimen organizado y combatir la corrupción en el ámbito de la fiscalía y el Gobierno— de lo que puede lograr la votación judicial de esta semana.

Tanto la istración Biden como la de Trump en Estados Unidos han advertido sobre la votación judicial, expresando su preocupación de que hacer que los jueces se postulen para elecciones podría exponerlos aún más a intereses políticos y a la posible corrupción o intimidación por parte de grupos del crimen organizado.

Aun así, Priego dice estar dispuesto a probar el nuevo sistema —y a enfrentar el riesgo personal para su vida— por la oportunidad de ocupar un puesto en el máximo tribunal del país.

“En México tenemos un gran problema. ¿Y cuál es ese problema? Que los criminales toman el control de algunos lugares, de algunas instituciones, y una de esas instituciones es el sistema de justicia. Y yo creo que si cambiamos eso, podemos lograr el cambio que realmente ayude a la gente, porque si logras que los criminales vayan a la cárcel, puedes acabar con la impunidad”, dijo Priego a CNN.

Acabar con la impunidad, todos coinciden, es una tarea largamente pendiente en el país, aunque no todos están de acuerdo en cómo lograrlo.

En su taller de la Ciudad de México, Mokotov ve a diario evidencia de la crisis, incluyendo un número creciente de clientes primerizos que solicitan sus servicios: mujeres que buscan blindar automóviles modestos para el traslado diario.

Es una petición que incluso a él lo deja inquieto, dice. “No es agradable ver a mamás venir aquí diciendo: ‘Necesito proteger a mis hijos para ir a la escuela’. Temen por la vida de sus hijos”.