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José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y carismático líder del izquierdista Frente Amplio, fue bautizado por la prensa internacional, entre 2011 y 2012, como “el presidente más pobre del mundo”.

Aquí, algunas imágenes que reflejan cómo fue su estilo de vida.

José “Pepe” Mujica transitó una vida extraordinaria: fue activista, guerrillero, preso político y rehén durante la dictadura; luego se convirtió en legislador, ministro, presidente y referente mundial. Una trayectoria marcada por la coherencia, la humildad y la lucha por la justicia.
José Mujica, expresidente de Uruguay.
Poco después fue encarcelado y, aunque logró fugarse en 1971, fue recapturado al año siguiente. Pasó casi 13 años en prisión, muchos de ellos en condiciones inhumanas como rehén de la dictadura militar uruguaya. Fue liberado en Montevideo el 14 de marzo de 1985.
Con el retorno de la democracia en 1985, Mujica fue liberado y, junto a otros exguerrilleros como Eleuterio Fernández Huidobro, abandonó la vía armada para integrarse a la vida política. Fundaron el Movimiento de Participación Popular, que se sumó al Frente Amplio y transformó el escenario político uruguayo.
Cuando su nombre surgió como precandidato a la presidencia de Uruguay, en 2008, muchos creían que se trataba de una broma. Parecía imposible que él, por entonces desdentado y desaliñado, pudiera ganar una campaña electoral y llevar las riendas de un país.
Mujica se consolidó como una figura clave en un país que apostaba por la reconciliación y la justicia social.
En marzo de 2010 asumió el cargo como presidente de Uruguay caracterizándose por permanentes sorpresas, salidas de protocolo, declaraciones rimbombantes y transformaciones históricas.
Revolucionó el ambiente político local e internacional con leyes que ampliaron las libertades individuales: la ley de despenalización del aborto, la ley de matrimonio igualitario (entre personas del mismo sexo), la ley de regulación y legalización del cannabis, que por primera vez fue producido y comercializado por el propio Estado.
A lo largo de su vida política José Mujica mantuvo relaciones cordiales y de respeto con líderes de diversas ideologías, guiado por una visión pragmática y una apuesta constante al diálogo. Durante su presidencia se runió con grandes líderes como la expresidenta argentina, Cristina Kirchner (der.).
Para la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados en 2012, estuvo con la expresidenta brasileña Dilma Rousseff (centro) y su homóloga argentina, Cristina Fernández de Kirchner (derecha), en el Palacio de Itamaraty, Brasilia.
Otro de los lazos significativos que Mujica forjó en el escenario latinoamericano fue con Raúl Castro, líder de la revolución cubana tras la retirada de su hermano Fidel. Aquí aparecen drante una reunión en el Palacio de la Revolución de La Habana, el 24 de julio de 2013.
En su carrera política también se reunió con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro (der.), durante una reunión con dirigentes sindicales uruguayos en Montevideo el 7 de mayo de 2013.
Entre los vínculos más cercanos que cultivó destaca su amistad con Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, quien lo acompañó en su condecoración con la Orden Nacional de la Cruz del Sur durante una visita a su domicilio en Montevideo.
Mujica también habló con el fallecido papa Francisco (izq.) durante una audiencia privada en la biblioteca pontificia en el Vaticano el 1 de junio de 2013.
En ese mismo año se reunió con el exviceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Rogelio Sierra (derecha), a la ofrenda floral en el monumento a José Martí en La Habana.
En mayo de 2014 estuvo con el expresidente Barack Obama (der.), para sostener una reunión privada en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
El 31° Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) en Montevideo, Uruguay en diciembre de 2017 estuvo junto a la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera y la presidenta de la asociación de derechos humanos Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Estela Barnes de Carlotto.
En su vida fuera de la política leía denodadamente, pero no tenía una biblioteca frondosa porque regalaba los libros. Usaba casi siempre la misma ropa, aunque ya tuviera varios años con ella.
La casa en la que vivió Mujica, y en la que permaneció siendo presidente, está ubicada en una zona rural de Montevideo llamada Rincón del Cerro. Toda la casa es probablemente más chica que el dormitorio de la mayoría de los presidentes del mundo.
La suya fue una vida de película. Sobre él se han escrito decenas de libros, traducidos a decenas de idiomas, cientos de entrevistas para todo el mundo, se han hecho varios documentales y películas.