Los estadounidenses temen que la inflación se acelere.
La última encuesta de consumidores de la Universidad de Michigan, publicada el viernes, mostró que las expectativas de inflación de los estadounidenses para el próximo año aumentaron este mes al 4,3%, un punto porcentual más que en enero hasta el nivel más alto desde noviembre de 2023.
“Esta es sólo la quinta vez en 14 años que hemos visto un aumento tan grande en un mes (un punto porcentual o más) en las expectativas de inflación para el año próximo”, dijo Joanne Hsu, directora de la encuesta, en un comunicado.
El índice de sentimiento de la encuesta también disminuyó en febrero por segundo mes consecutivo, un 5% menos que en enero hasta su lectura más baja desde julio de 2024.
“La disminución fue generalizada: republicanos, independientes y demócratas registraron caídas en la confianza desde enero, junto con los consumidores de todos los grupos de edad y riqueza”, dijo Hsu.
Las entrevistas para la encuesta de Michigan concluyeron el 4 de febrero, pocos días después de que la istración de Trump anunciara la imposición de aranceles del 25% a productos de México y Canadá.
Los tres países llegaron a un acuerdo poco después del anuncio para retrasar los aranceles durante 30 días, lo que deja a los consumidores y a las empresas lidiando con la incómoda posibilidad de mayores costos en el futuro.
Mientras tanto, la imposición de Trump de un arancel adicional del 10% sobre los productos chinos entró en vigor el martes y fue recibida inmediatamente con represalias por parte de China.
“El consumidor envió una advertencia al Gobierno de Trump; la imposición de aranceles a las importaciones impulsará la inflación en más de un punto porcentual este año y la confianza del consumidor se desplomó como resultado”, dijo Christopher Rupkey, economista jefe de FwdBonds, en una nota de analista el viernes.
“El consumidor confía en una sola cosa: que las políticas pro crecimiento de Trump 2.0 son inflacionarias”, agregó.
No es una pesadilla para la Fed (todavía)
La Reserva Federal (Fed), encargada de gestionar las tasas de interés, está muy atenta a la percepción de los estadounidenses sobre los precios. Esto se debe a que las expectativas de inflación a veces pueden funcionar como profesías autocumplidas, por lo que si los consumidores esperan que la inflación repunte, podrían modificar sus gastos.
La Fed se centra específicamente en las expectativas de inflación a largo plazo, en base a varias encuestas y medidas, incluida la encuesta de Michigan, que se sigue de cerca. Esa última cifra no fue tan inquietante como la del año próximo: las expectativas de inflación a largo plazo aumentaron ligeramente este mes al 3,3% desde el 3,2% de enero, manteniéndose “elevadas en relación con el rango del 2,2-2,6% observado en los dos años anteriores a la pandemia”.
En 2018, después de que la primera istración Trump impusiera aranceles a varios bienes, los economistas de la Fed idearon simulaciones sobre cuál sería el camino adecuado para la política monetaria, con base en diferentes escenarios arancelarios. En una situación en la que las expectativas de inflación aumentaron, la Fed consideró apropiado subir las tasas de interés.
La Reserva Federal suspendió los recortes de tasas el mes pasado después de haber reducido sus tasas de interés clave en un punto porcentual completo en tres reuniones el año pasado. Los funcionarios de la Reserva Federal han señalado que quieren ser cautelosos con nuevos recortes de tasas. Wall Street no espera un recorte de tasas en marzo, según los futuros.