Resultados de las elecciones en Alemania 2025

La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de centroderecha alemana está lista para volver al poder con la ultraderechista Alternativa para Alemania como segundo partido más importante, según muestran las encuestas a la salida de urna, tras unas elecciones anticipadas dominadas por las preocupaciones sobre la inmigración, la economía y el regreso de Donald Trump.

La sede del partido CDU se llenó de vítores y aplausos el domingo por la noche cuando se revelaron las encuestas a la salida de urna y quedó claro que el partido de la oposición se convertiría en el grupo más grande después de las elecciones del domingo. Fuera del edificio, un pequeño grupo de manifestantes se había reunido para manifestarse contra lo que perciben como la línea dura del líder del partido, Friedrich Merz, sobre la inmigración.

Merz declaró la victoria en el evento en el centro de Berlín, mientras les decía a sus seguidores "Empecemos la fiesta", un aparente guiño a querer poner en marcha rápidamente las negociaciones de coalición.

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Björn Höcke, el líder de la AfD en Turingia, dijo a CNN que su partido ahora está “claramente” en una posición más fuerte y que la negativa de la CDU a formar un gobierno de coalición con su partido eventualmente será contraproducente.

“Si la CDU realmente (sigue) rechazando una coalición con la AfD, la CDU se habrá metido en un callejón sin salida estratégico. La CDU ha empleado eslóganes conservadores de derecha en su campaña electoral y ahora está dando un giro a la izquierda”, dijo, añadiendo que la paciencia de los votantes alemanes se acabará.

Höcke llevó a la AfD a la victoria en las elecciones de Turingia en septiembre, la primera vez que un partido de ultraderecha ganó una elección estatal alemana desde 1945. Ha sido condenado en el pasado por utilizar eslóganes nazis que han sido declarados inconstitucionales en Alemania.

Le dijo a CNN que el pueblo alemán “no quiere seguir como está, quiere un cambio, y la AfD defiende el cambio”.

En relación con el apoyo que recibió la AfD de algunos de la istración del presidente estadounidense Donald Trump, dijo: “Trump, Vance, Musk y otros del equipo de Trump defienden la lucha contra el progresismo y la libertad de expresión, y estas son cosas en las que también podemos (estar de acuerdo)”.

“Actualmente, en Alemania falta libertad de expresión. Como oposición, creemos que esta democracia ya no es una democracia real, porque donde no hay libertad de expresión no puede haber democracia”, afirmó.

Una pregunta que por ahora sigue sin respuesta es si los partidos marginales de Alemania podrían conseguir una minoría de bloqueo en el parlamento alemán, el Bundestag.

El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), La Izquierda y la Alianza Sahra Wageknecht (BSW) son considerados partidos de protesta y, si bien presentaron programas electorales muy diferentes, podrían unirse para bloquear leyes clave que pasen por el parlamento.

“El riesgo de que los partidos marginales obtengan más de un tercio de los escaños y puedan así bloquear conjuntamente cualquier cambio a la constitución alemana es grave”, dijo Holger Schmieding, economista jefe del banco Berenberg y el hombre que llamó por primera vez a Alemania el “enfermo de Europa” en 1998.

Los tres partidos marginales relevantes, AfD, La Izquierda y el BSW, difieren en muchos aspectos, pero todos se oponen a la ayuda a Ucrania.

En una nota publicada después de las encuestas de salida, Schmieding dijo: “Podrían vetar cualquier flexibilización del freno de la deuda consagrado en la constitución. En un momento en el que es crucial aumentar el gasto militar y en Ucrania y aliviar la carga fiscal para los trabajadores y las empresas, Alemania puede tener dificultades para encontrar el espacio fiscal para hacerlo. Si no se aumenta el gasto militar, Alemania podría meterse en serios problemas con sus socios de la OTAN. Al enfurecer al presidente estadounidense Donald Trump, también aumentaría el riesgo de una guerra comercial entre Estados Unidos y la UE”.

El líder del Partido Democrático Libre (FDP), centrado en el sector empresarial, ha prometido abandonar la política si no consigue llegar al Parlamento.

"Si el FDP abandona el Bundestag, está claro que yo también abandonaré la política", afirmó Christian Lindner, según Reuters.

Actualmente se espera que el FDP reciba el 4,7% de los votos, por debajo del umbral del 5% necesario para entrar.

La líder parlamentaria adjunta de Alternativa para Alemania (AfD), Beatrix von Storch, dejó clara su postura de línea dura sobre la inmigración cuando habló con CNN al aire el domingo por la noche.

"Tenemos que deshacernos de todas esas personas que están ilegalmente en Alemania, y luego tenemos que sacar a todos los que llegaron de Siria huyendo de Al Assad y luego celebraron la caída de Al Assad en las calles de Alemania", dijo von Storch en la fiesta electoral de AfD en Berlín.

Y añadió: “Tienen que irse voluntariamente. Si no quieren irse, los ayudaremos. Y lo mismo con los de Afganistán”.

Von Storch añadió que estaba “agradecida” con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, por “haber abordado el hecho de que la democracia está en juego y que la libertad de expresión en Alemania está realmente bajo presión”. Esto se produce después de que Vance hablara en la Conferencia de Seguridad de Múnich a principios de este mes, en la que les dijo a los líderes europeos que los llamados “cortafuegos” “no tienen cabida” en una democracia.

El primer ministro del estado alemán de Baviera, Markus Soeder, y el líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y candidato a canciller, Friedrich Merz, durante la noche de las elecciones federales alemanas en la sede de la CDU en Berlín, Alemania, el domingo. Crédito: Kai Pfaffenbach/Reuters.

Este domingo, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), consiguieron una clara victoria. Según las encuestas a la salida de urna, la CDU/CSU obtendrá el 28,8% de los votos, por delante del segundo puesto, la AfD, que se espera que obtenga el 20,2%, y del SPD, que quedó en tercer lugar con el 16,2%.

Pero puede que haya quienes se sientan decepcionados con el resultado, que está muy por debajo del desempeño del partido bajo el liderazgo de su exlíder de larga data y canciller alemana, Angela Merkel.

El partido nunca bajó del 30% de los votos durante los años de Merkel y, por el contrario, obtuvo hasta el 41,5% de los votos en las elecciones de 2013.

Según los últimos boca de urna de los centros de votación, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) obtendrá el 20,2% de los votos en las elecciones parlamentarias alemanas. Las encuestas a la salida de los centros de votación iniciales habían situado a la AfD justo por debajo del simbólico 20%.

Mientras tanto, las encuestas de salida actualizadas mostraron un resultado esperado ligeramente menor para el partido líder, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que ahora se proyecta que ganará con un 28,8%.

El Partido Socialdemócrata (SPD), que quedó en primer lugar en las últimas elecciones de 2021, ha caído al tercer lugar con solo el 16,2% de los votos.

La fiesta de observación electoral de la Alternativa para Alemania (AfD) aparentemente ha atraído la atención internacional, y el político de ultraderecha francés y ex comentarista de televisión Éric Zemmour fue visto en el evento.

Zemmour, que ha sido condenado varias veces en Francia por incitación al odio, racial o religioso, se acercó a la líder de la AfD, Alice Weidel, para felicitarla y le entregó una botella de champán Laurent Perrier.

Zemmour se presentó sin éxito a las elecciones presidenciales de 2022 con la promesa de "salvar a Francia" del Islam.

El líder del ala juvenil de Alternativa para Alemania (AfD), conocida como Alternativa Joven (JA), ha dicho que está "seguro" de que el llamado "cortafuegos" de los partidos tradicionales contra la AfD terminará después de estas elecciones.

En declaraciones a la CNN en la fiesta electoral de la AfD en Berlín antes del anuncio de las encuestas de salida el domingo por la noche, Hannes Gnauck dijo: "Estoy seguro de que este llamado 'cortafuegos' se detendrá después de estas elecciones", refiriéndose a la postura adoptada desde hace tiempo por los principales partidos de Alemania de trabajar juntos para congelar a la extrema derecha.

Y añadió: “La CDU (Unión Demócrata Cristiana) con Friedrich Merz no trabajará junto con la AfD”, pero “después de Friedrich Merz habrá una CDU y esta CDU tendrá que trabajar junto con la AfD”.

Gnaucke destacó el creciente apoyo a la AfD entre los votantes más jóvenes de Alemania. “Vemos que la próxima generación en Alemania vota a menudo por la AfD, porque esta generación se enfrenta directamente a los grandes problemas de nuestra sociedad: los problemas migratorios, la dinámica migratoria. También se enfrentan a la economía”.

“Por eso tantos jóvenes eligen la AfD”.

Friedrich Merz ha llevado a su partido de centroderecha, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), a una clara victoria electoral y ahora se encamina a convertirse en el próximo canciller de Alemania.

Flanqueado en el escenario por otros candidatos destacados de la CDU y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), Merz saludó el domingo como una "noche electoral histórica".

Poco después de que las encuestas a la salida de las urnas mostraran que el partido obtuvo el primer puesto con un estimado del 29% de los votos, Merz prometió que comenzará las conversaciones para formar una coalición lo antes posible.

“Hemos librado una dura campaña electoral sobre temas importantes (…) ahora hablaremos entre nosotros. Debemos ser capaces de actuar con rapidez”, afirmó.

El actual canciller de Alemania y líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Olaf Scholz, asumió la responsabilidad del pobre resultado electoral de su partido, itiendo que el resultado fue "una derrota".

"Es un resultado electoral amargo para el SPD, es una derrota. Es un resultado que tendremos que dejar atrás", dijo en la reunión en la sede del partido, afirmando que asume la responsabilidad del resultado, tal como lo hizo hace cuatro años cuando su partido quedó en primer lugar.

Al agradecer a los del partido y a los voluntarios por hacer campaña hasta el final de la misma, Scholz también se tomó el tiempo para defender el historial de su Gobierno durante los últimos cuatro años.

Recordó a la audiencia que ha sido un período difícil ya que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania poco después de que su gobierno llegó al poder.

Scholz felicitó a su rival, Friedrich Merz, de la CDU, y dijo que le parecía inaceptable que un partido de extrema derecha consiguiera el resultado que obtuvo AfD el domingo. "Nunca lo aceptaré", afirmó.

Los asistentes reaccionan a los resultados de las encuestas a la salida de las urnas durante un evento de la noche electoral de los socialdemócratas (SPD) en Berlín, Alemania, el domingo. Crédito: Alex Kraus/Bloomberg/Getty Images.

En la sede del Partido Socialdemócrata (SPD) reinaba el desaliento cuando en las pantallas aparecieron las encuestas a la salida de las urnas, que mostraban un resultado decepcionante para el partido de centroizquierda.

Durante semanas se había esperado que el líder del SPD y canciller Olaf Scholz se enfrentara a una batalla cuesta arriba, tal vez casi imposible, para mantener su puesto.

Parece que la batalla está definitivamente perdida. De hecho, los mayores suspiros se produjeron cuando se leyeron los resultados de los otros partidos, la izquierda y el BSW.

El silencio casi absoluto que hubo cuando el SPD conoció sus números en la Willy Brandt Haus del partido en el centro de Berlín sólo fue seguido por la aparición de la barra azul de la AfD, lo que confirmó su éxito a nivel nacional.

El resultado previsto del SPD, del 16%, marca una caída de casi el 9% respecto a 2021, cuando llegó al poder impulsado por una ola de optimismo posterior a Merkel; de hecho, es probable que estos resultados sean los peores en una elección desde 1887.

Los votantes con los que habló CNN justo antes de que salieran los boca de urna también se mostraron pesimistas. Muchos sintieron que la AfD había distorsionado el discurso en torno a las elecciones para convertirlo en una cuestión de inmigración. Cuando se les preguntó qué pensaban que sucedería a continuación, la esperanza era que el partido entrara en coalición con la CDU y Friedrich Merz, pero sin renunciar al centro político. Cuando se les preguntó sobre Olaf Scholz y su posición, la gente no quería que se les diera una explicación con palabras, pero una mujer simplemente negó con la cabeza.

La sede de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) se llenó de vítores y aplausos cuando se revelaron las encuestas a la salida del parlamento y quedó claro que el partido de la oposición se convertiría en el grupo más grande después de las elecciones del domingo.

Los más jóvenes del partido aplaudían y cantaban en la fiesta electoral de la CDU en Berlín mientras el partido parecía haber emergido como la fuerza más fuerte en el próximo parlamento alemán.

La sede de la CDU, la Casa Konrad Adenauer, está repleta de dirigentes del partido y periodistas de todo el mundo. El partido era desde hacía tiempo el favorito para conseguir la mayor proporción de votos.

Afuera del edificio, un pequeño grupo de manifestantes protestó contra lo que perciben como la línea dura del líder del partido, Friedrich Merz, sobre la inmigración.

Los manifestantes portaban carteles con llamas dibujadas y acusaban a la CDU de una posible cooperación con el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Merz ha negado que quiera cooperar con la AfD.

Se espera que el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz haya conseguido el domingo el 16% de los votos, según las encuestas a boca de urna, una enorme caída del 9% en comparación con las últimas elecciones de 2021 y su peor resultado en la historia moderna.

Aun así, el SPD habría respirado aliviado, ya que evitó una derrota total y logró aferrarse al tercer lugar en las elecciones; algunas encuestas de opinión previas a la votación habían sugerido que el partido, que quedó en primer lugar en 2021, podría estar compitiendo por el tercer lugar con los Verdes.

Esto no sucedió ya que los Verdes terminaron en cuarto lugar con el 13,5% de los votos.

Aun así, el futuro de Scholz como líder del partido sigue siendo incierto: incluso antes de las elecciones hubo rumores de que algunos en su partido querían que Boris Pistorius, el actual ministro de Defensa, lo reemplazara como principal candidato del partido.

La colíder del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y principal candidata de su partido a la cancillería, Alice Weidel, y el colíder del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), Tino Chrupalla, animan con del partido durante la noche electoral en Berlín el domingo, después de las primeras encuestas a boca de urna en las elecciones generales alemanas. Crédito: Soeren Stache/Pool/AFP/Getty Images.

Alice Weidel, colíder del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), dijo que el partido “nunca ha sido más fuerte” cuando subió al escenario en una fiesta electoral después de que se anunciaran las encuestas a boca de urna.

"Nunca hemos sido más fuertes, somos la segunda fuerza más grande", dijo Weidel, en unas palabras que fueron recibidas con vítores entusiastas por parte de la multitud que asistió al evento en Berlín.

“Somos el único partido que ha obtenido una puntuación de dos dígitos en comparación con las elecciones anteriores”, continuó, y agregó: “En las próximas elecciones reemplazaremos a la CDU (Unión Demócrata Cristiana) y estaremos en primer lugar”. Sus palabras indican que el partido ya tiene la mirada puesta en las próximas elecciones de 2029.

El ambiente en la fiesta electoral de AfD era exultante cuando se supo que el partido casi había duplicado su apoyo, con la gente aplaudiendo y ondeando banderas alemanas.

Se conocieron los primeros resultados de las elecciones anticipadas en Alemania y parece que la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de centroderecha, volverá al poder. Una gran ovación recorrió la sede del partido conservador cuando se anunciaron los primeros sondeos a boca de urna.

Esto significa que Merz, un conservador de la vieja escuela que nunca antes ha ocupado un papel gubernamental, probablemente se convertirá en el nuevo canciller de Alemania, la mayor economía y el Estado más poblado de Europa.

Si las encuestas de boca de urna se mantienen, parece que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha logrado su mejor resultado hasta el momento, casi duplicando su apoyo desde las últimas elecciones de 2021. Se prevé que este sea un importante impulso en el apoyo al partido, que probablemente ahora se convierta en la mayor fuerza de oposición de Alemania.

Todo parece indicar que el Partido Socialdemócrata (SPD), de centroizquierda, del canciller Olaf Scholz quedará en tercer lugar, lo que supone un cambio importante desde las elecciones de 2021, cuando obtuvo el 25,7% de los votos.

La Alianza Sahra Wageknecht (BSW) estuvo a punto de alcanzar el umbral del 5% necesario para entrar en el parlamento, mientras que el partido La Izquierda superó cómodamente esa línea, tras obtener un significativo 8,5%.

Se espera que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) obtenga el 19,5% de los votos en las elecciones parlamentarias alemanas, según muestran las encuestas a boca de urna.

Este es el mejor resultado de un partido político de extrema derecha en Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

La AfD casi ha duplicado su porcentaje de votos en comparación con las últimas elecciones de 2021.

Es probable que Friedrich Merz se convierta en el próximo canciller de Alemania después de que su partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU) encabezara el recuento de votos en las elecciones, mientras que el partido de extrema derecha Unión Demócrata Cristiana (AfD) ascendió al segundo lugar, según proyectan las encuestas.

Las urnas para las elecciones anticipadas cierran a las 6 p.m., hora local, y se esperan las primeras encuestas a boca de urna inmediatamente después de terminar la votación.

Esto es lo que hay que tener en cuenta cuando aparecen los primeros números:

¿Cómo le va a AfD?

El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) espera obtener su mejor resultado hasta la fecha. Los sondeos de opinión previos a las elecciones han mostrado sistemáticamente que la AfD ocupa el segundo puesto con alrededor del 20% de los votos, el resultado más sólido para un partido de extrema derecha desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Pero, a menos que las encuestas de opinión resulten significativamente erróneas, es probable que la AfD permanezca en la oposición debido a la regla no escrita de la política alemana que impide que los partidos de extrema derecha participen en el gobierno.

¿Qué tan grave es el declive del SPD?

Se espera ampliamente que el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz pierda terreno en estas elecciones; la pregunta clave es cuánto.

Tras convertirse en el partido más votado en las elecciones de 2021, las encuestas de opinión indican que parece encaminarse a una caída de alrededor de 10 puntos en sus votos, lo que lo situaría no solo por detrás de AfD, sino también en una lucha con Los Verdes por el tercer puesto.

¿Qué coalición es más probable que se forme?

A diferencia de otros gobiernos, como el de Estados Unidos, las coaliciones son una parte natural de la política alemana.

El sistema electoral de representación proporcional, establecido después de la Segunda Guerra Mundial, hace que sea casi imposible que un solo partido gane el poder. Las encuestas a la salida de las urnas podrían dar una buena indicación de cómo será el próximo gobierno alemán.

El partido socialista alemán Die Linke, o Partido de Izquierda, ha disfrutado de un repunte tardío en las encuestas antes de las elecciones del domingo, luego de un feroz discurso contra el fascismo por parte de su líder.

El Partido de Izquierda, cuyas raíces se remontan en parte al partido gobernante de la Alemania Oriental comunista, parece estar en condiciones de alcanzar cómodamente el umbral del 5% necesario para entrar en el Parlamento, según muestran las últimas encuestas.

Esto sigue a los poderosos discursos pronunciados por su líder estrella en ascenso, Heidi Reichinnek, en enero, que rápidamente ganaron amplia atención en línea.

"Les digo a todos los que están ahí afuera: no se rindan, luchen, resistan al fascismo", dijo la mujer de 36 años al Parlamento mientras pedía acciones contra el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y aquellos que trabajan con él.

“¡A las barricadas!”, exclamó con vehemencia, mostrando en su antebrazo izquierdo un tatuaje de Rosa Luxemburg, símbolo de la izquierda revolucionaria. El discurso, que ya ha sido visto más de 6,5 millones de veces en TikTok, emocionó a sus seguidores.

Su discurso se produjo después de que Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), rompiera un tabú de larga data al confiar en los votos de la AfD para aprobar una moción destinada a reprimir la inmigración. La medida, que destrozó el “cortafuegos” anti-AfD de los partidos tradicionales, desencadenó grandes protestas en toda Alemania ese mes.

Desde ese momento crucial, Die Linke ha experimentado un aumento de apoyo. Hace apenas unas semanas, las cifras de las encuestas del partido estaban por debajo del umbral del 5%, pero una encuesta reciente de YouGov situó al partido en el 9%.

Si bien en las elecciones alemanas se ha prestado mucha atención a la extrema derecha, un partido radical rival también podría ser noticia.

La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) fue formada en 2024 por Sahra Wagenknecht, exlegisladora del Partido de Izquierda y veterana de la extrema izquierda alemana.

Wagenknecht se ha descrito a sí misma como una “izquierdista conservadora”: al ponerle su nombre a su partido, una decisión inusual en la política alemana, espera sacar provecho de su prominencia personal.

Atrae a antiguos partidarios del Partido de Izquierda así como, sorprendentemente, a los del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), y es muy popular en los estados del este de Alemania.

Adopta una postura de izquierda sobre cuestiones económicas y aboga por la seguridad laboral y salarios más altos.

Sin embargo, en materia de inmigración, el BSW se acerca más a la AfD en sus políticas. De hecho, existe una superposición considerable entre las agendas políticas de ambos partidos y ambos comparten un interés en debilitar la corriente política dominante de Alemania. Aun así, el BSW ha dicho que no trabajará junto con la AfD.

La BSW también ha pedido que se ponga fin al envío de armas a Ucrania y mantiene una postura favorable a Rusia.

El partido espera obtener al menos el 5% de los votos el domingo, lo que le permitiría entrar en el Parlamento alemán.

El líder parlamentario adjunto de Alternativa para Alemania (AfD) dijo a CNN que la población alemana está lista para el cambio y que, en consecuencia, el apoyo al partido de extrema derecha seguirá aumentando.

“Los alemanes están votando por un cambio, quieren un cambio en la política, esto es lo que la CDU está prometiendo y esto es lo que la CDU no entregará”, dijo Beatrix von Storch a CNN en la fiesta electoral de la AfD en la noche en Berlín.

“Cuando un partido de coalición como el nuestro duplica sus cifras de una elección a la siguiente, demuestra que algo está yendo terriblemente mal y la gente quiere algo diferente”, continuó.

“Por eso apoyan a la AfD, aunque tenemos un tremendo ataque en nuestra contra”.

Nico, un votante disfrazado, abandona la privacidad de la cabina de votación en un colegio electoral en Damme, Baja Sajonia. Crédito: Hauke-Christian Dittrich/Picture Alliance/Getty Images.

Las elecciones parlamentarias alemanas del domingo coinciden con muchos carnavales regionales y municipales y algunos votantes alemanes aprovechan el ambiente festivo y optan por emitir sus votos con atuendos poco ortodoxos.

Varias personas disfrazadas fueron fotografiadas en un colegio electoral en Damme, en la Baja Sajonia, donde junto con las elecciones del domingo se lleva a cabo una celebración de carnaval anunciada como "la más grande del norte de Alemania".

El carnaval fue fundado en 1614 y atrae a unos 10.000 visitantes cada año, según su sitio web oficial.

La votante Linda usó su disfraz en el centro de votación el domingo. Crédito: Hauke-Christian Dittrich/Picture Alliance/Getty Images.

Los carnavales pueden ser un gran acontecimiento en toda Alemania y, para garantizar que todo transcurra sin problemas, el director electoral federal emitió una guía especial relacionada con el carnaval antes de la votación.

El documento de cuatro páginas describe las reglas para asistir a los centros de votación con atuendo festivo. Se permiten disfraces, pero a cualquier persona que use una mascarilla o mucho maquillaje se le puede pedir que se los quite para que los funcionarios electorales puedan establecer su identidad.

El votante Henrik también apareció disfrazado. Crédito: Hauke-Christian Dittrich/Picture Alliance/Getty Images.

Sin embargo, las normas dejan bastante claro que los funcionarios electorales que supervisan la votación en los centros de votación probablemente no deberían disfrazarse. “Al elegir su vestimenta, deben asegurarse de que no se ponga en duda el desempeño imparcial de su cargo. Por lo tanto, es mejor evitar usar disfraces”, dice el reglamento.

Y aunque la guía recuerda a los funcionarios que no existe ninguna ley que prohíba que las personas ebrias voten, si un juerguista se presenta en estado de ebriedad al punto de causar disturbios, está bien expulsarlo del lugar de votación hasta que se comporte.

Un hombre vestido con un disfraz de carnaval vota en Colonia, Alemania. Crédito: Jana Rodenbusch/Reuters.

Una serie de ataques en Alemania, incluido un reciente atropello con un automóvil en Múnich, han alimentado el delicado debate sobre la migración en el país.

La semana pasada, un coche atropelló a unos manifestantes en la capital bávara, y dejó dos muertos y decenas de heridos. El sospechoso es un solicitante de asilo de 24 años de Afganistán, que las autoridades creen que podría tener tendencias extremistas islamistas.

El mortal incidente de Múnich se produjo después de otros ataques recientes que se cree fueron llevados a cabo por solicitantes de asilo que iban a ser deportados. Estos episodios han reavivado el debate en Alemania sobre la migración.

A raíz de un mortal ataque con cuchillo en Solingen el año pasado, el gobierno alemán endureció sus normas de asilo y reanudó los vuelos de deportación a Afganistán por primera vez desde que los talibanes tomaron el control del país.

La Alternativa para Alemania en particular ha aprovechado el sentimiento antiinmigrante, con su colíder Alice Weidel pidiendo repetidamente un “cambio migratorio”.

Cambio de actitud: Alemania se ha desplazado mucho más hacia la derecha que en la época de la excanciller Angela Merkel. Durante la crisis migratoria de 2015-2016, el Gobierno de Merkel abrió las puertas de Alemania de par en par, y Merkel declaró en ese momento: “Wir schaffen das” (lo lograremos).

La política migratoria liberal de Alemania, en comparación con las de sus vecinos durante esos años, pasó a conocerse como “Wilkommenskultur” o “cultura de bienvenida”.

Ahora, con un aumento del apoyo a los partidos con una postura dura sobre la inmigración, y con la introducción en septiembre de nuevos controles en todas las fronteras terrestres de Alemania por parte de Berlín, la actitud acogedora del país hacia los inmigrantes parece un recuerdo lejano.

Los votantes llegan a un colegio electoral para emitir su voto este domingo en Berlín, Alemania. Crédito: Getty Images.

Los primeros datos federales y estatales muestran que los votantes alemanes han acudido a las urnas en mayor número que durante las últimas elecciones parlamentarias de hace cuatro años.

El responsable de elecciones federales de Alemania informó que a las 14.00, hora local, la participación electoral en todo el país era del 52%, una cifra muy superior al 36,5% registrado a la misma hora del día hace cuatro años.

El domingo se registró una mayor participación en las primeras horas del día en varios estados federados, incluidos Renania del Norte-Westfalia, Turingia y Sajonia-Anhalt.

Las autoridades electorales de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania, indicaron que a las 14.00, hora local, aproximadamente el 63% de los votantes habían emitido sus votos. Según afirmaron, se trata de una participación mayor en comparación con hace cuatro años.

En Sajonia-Anhalt, el 52,6% de los votantes acudieron a las urnas antes de las 14:00, hora local, según las autoridades electorales del estado. Esta cifra también es significativamente superior al 36,7% registrado a la misma hora en 2021.

El responsable electoral del estado de Turingia, un bastión del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, dijo que el 59,2% de los votantes elegibles habían votado antes de las 2 de la tarde, en comparación con solo el 34,5% a la misma hora hace cuatro años.

Pero no todos los estados muestran el mismo patrón: en Sajonia, el 39,6% de los votantes se presentaron a las 2 de la tarde, poco más de tres puntos porcentuales por encima del 36,4% registrado a la misma hora hace cuatro años.

Si hubo un momento destacado en esta campaña electoral, fue la aparición de la gigantesca cabeza flotante de Elon Musk en una pantalla durante un mitin de Alternativa para Alemania (AfD) en la ciudad oriental de Halle.

Su aparición fue una sorpresa para la multitud de 4.000 personas y los periodistas que cubrían el evento... pero probablemente no debería haberlo sido.

Elon Musk ya había estado incursionando en estas elecciones desde el principio y claramente se puso del lado de la AfD. En Halle, le dijo a la multitud que “el futuro de la civilización” dependía de los votos.

La AfD ha intentado seguir el ejemplo de Musk y aprovechar su estrellato. En declaraciones a la CNN en Halle, la líder del partido, Alice Weidel, le dijo a la CNN: “Le deseo a (Elon Musk), Donald Trump y J.D. Vance todas las bendiciones para su próximo mandato”.

La semana pasada, en la Conferencia de Seguridad de Munich, Vance lanzó un duro ataque contra muchos aliados europeos, pero también señaló a Alemania.

Atacó el "cortafuegos", la regla no escrita de la política alemana que excluye a la extrema derecha de la toma de decisiones.

Dijo que “la democracia se basa en el principio sagrado de que la voz del pueblo importa. No hay lugar para cortafuegos. O se defiende el principio o no”.

Apenas unas horas después surgió la noticia de que Vance había rechazado reunirse con Olaf Scholz y había optado en cambio por reunirse con Weidel.

¿Importará? Todavía queda por ver cuánta influencia han tenido ambos en un electorado preocupado por los asuntos internos.

Pero la istración de Trump ciertamente ha alimentado las confirmaciones de legitimidad de la AfD, y las ha aprovechado al máximo.

Los votantes elegibles se sientan en las cabinas de votación en un colegio electoral el domingo, en Wernigerode, Alemania.

A diferencia de otros gobiernos, como el de Estados Unidos, las coaliciones son una parte natural de la política alemana.

Un sistema electoral conocido como representación proporcional, establecido después de la Segunda Guerra Mundial, hace casi imposible que un solo partido gane el poder.

Es muy difícil que en las elecciones del domingo salgan victoriosos la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y Friedrich Merz.

Sin embargo, debido a este sistema, la CDU probablemente tendrá que formar una coalición con uno o más de los otros partidos. La pregunta es: ¿con quiénes?

Merz ha descartado categóricamente trabajar con la Alternativa para Alemania (AfD), lo que significa que una coalición de los dos grandes partidos centristas, la CDU y el Partido Socialdemócrata (SPD), es una posibilidad.

La CDU y el SPD ya han gobernado juntos cuatro veces desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, con los intentos de Merz de llevar a la CDU más hacia la derecha de lo que estaba bajo el liderazgo de Merkel, los dos partidos podrían enfrentarse en cuestiones como la inmigración y el gasto social.

Si la CDU necesita formar una coalición tripartita para lograr una mayoría, podría optar por gobernar con el SPD y los Verdes, partidarios del medio ambiente, o con el Partido Demócrata Libre (FDP), centrado en el empresariado.

La colíder del partido Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, habla con los medios en Berlín, Alemania, el 31 de enero. Crédito: Nadja Wohlleben/Reuters.

Con 46 años, Alice Weidel es la más joven de todos los candidatos a las elecciones de este año. Es la primera vez desde su fundación que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) nomina a una candidata a canciller.

Antes de dedicarse a la política, Weidel estudió economía y tiene un doctorado en desarrollo internacional. Trabajó para Goldman Sachs y vivió en China durante algunos años, donde aprendió mandarín.

Weidel se ha convertido rápidamente en el rostro público del partido (algunos dicen que incluso amigable). Ha intentado distanciarse de las facciones más radicales de la AfD y ha trabajado para limpiar la imagen pública del partido.

Weidel está bajo unión civil con una mujer suiza nacida en Sri Lanka y tiene dos hijos. Su vida privada está en cierto modo en desacuerdo con la postura conservadora de AfD en muchos temas.

Desde principios de año, ha cortejado abiertamente a la nueva istración estadounidense, y habló directamente con Elon Musk y J.D. Vance.

Las políticas populistas, en particular las relacionadas con la inmigración, son sus principales puntos de campaña. Habla abiertamente de una política llamada “remigración”, que implicaría la deportación de inmigrantes de Alemania.

En una entrevista con CNN en enero, dijo: “No tenemos fronteras. Imaginemos que un estado, un país como Alemania, no tiene fronteras. Entonces, el país no decide quién entra y quién sale”.

La difícil situación económica de Alemania será la principal preocupación de muchos votantes en las elecciones del domingo.

La tercera economía más grande del mundo apenas ha crecido desde la pandemia. Se contrajo tanto en 2023 como el año pasado, cuando registró las primeras contracciones anuales consecutivas desde principios de la década de 2000. Y este año se espera que crezca un mísero 0,3%, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional.

Las encuestas muestran que la economía es una preocupación importante para los votantes, muchos de los cuales recordarán los tiempos de auge: entre 2005 y 2019, Alemania prosperaba, impulsada por la demanda china de sus exportaciones, un entorno comercial global relativamente sin fricciones y el gas natural barato procedente de Rusia.

Pero el mundo ha cambiado dramáticamente desde entonces.

La economía china se ha desacelerado, mientras que sus fabricantes de automóviles, como los fabricantes de vehículos eléctricos BYD y Xpeng, han arrebatado participación de mercado a rivales occidentales, como Volkswagen. El gas natural se ha vuelto más caro en Europa tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, lo que afecta a las industrias intensivas en energía de Alemania.

Y ahora el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está imponiendo nuevos aranceles a las importaciones a Estados Unidos y amenazando con más gravámenes, un dolor de cabeza para los exportadores de Alemania en particular, ya que Estados Unidos es su mayor mercado.

“Un mundo en el que el libre comercio no sea el (…) mantra económico dominante es problemático para Alemania”, dijo a CNN Jacob Kirkegaard, miembro senior del Instituto Peterson de Economía Internacional, un grupo de expertos con sede en Washington.

Adel, un ingeniero de software de 33 años, un migrante sirio que obtuvo la ciudadanía alemana hace unos meses, dijo que “las dificultades con las relaciones germano-estadounidenses en este momento son bastante apremiantes.

“El debate sobre la migración es complicado. Yo emigré a Alemania y puedo sentir la presión incluso de personas que no tienen antecedentes migratorios. De alguna manera, puedo ver el punto de vista de ambas partes, así que tal vez se pueda llegar a un punto intermedio”.

Stefan, un consultor de 64 años, dice que el debate sobre la migración en Alemania es “importante, pero sobrevalorado”.

“Es un tema de derecha que genera votos para los partidos extremistas. Al final, creo que es algo que tenemos que solucionar, pero necesitamos que los inmigrantes vengan a este país por razones económicas”.

Mark, un trabajador sanitario de 48 años, cree que los temas más importantes en las elecciones alemanas “no son los que se están discutiendo”.

“Necesitamos grandes reformas en la sanidad, en la enfermería y en el cuidado de las personas mayores. Es importante hacer algo por el medio ambiente y necesitamos una Europa fuerte”.

Ralf, de 57 años, que gestiona una aplicación de contratación internacional: “Creo que lo más importante es mantener unido al país y a Europa unida.

“Estoy muy triste no solo por la intervención de Estados Unidos, sino también por su visión de Europa, de Ucrania y de Putin. No lo puedo entender y me da mucho miedo”.

Matilda, 22 años, estudiante universitaria: “Creo que la migración es un problema que los medios de comunicación han agrandado mucho”.

Matilda cree que se debería prestar más atención a ayudar a los inmigrantes a integrarse adecuadamente en la sociedad alemana. “Sin duda, tenemos problemas en ese sentido con la integración, pero podríamos hacerlo mucho mejor”.

Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), se dirige a los delegados durante un congreso del partido en Berlín el 3 de febrero. Crédito: John MacDougall/AFP/Getty Images/Archivo.

Friedrich Merz, de 69 años, es el favorito para convertirse en el próximo canciller del país. ¿Pero quién es?

Merz, que fue elegido para liderar la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU, por sus siglas en alemán) en 2022 después de dos intentos fallidos de conseguir el liderazgo del partido, es conocido por haber desplazado al partido hacia la derecha, con una postura más dura sobre la migración y una fuerte mentalidad económica.

Merz, un conservador de la vieja escuela, quiere librar a la CDU del legado más centrista de su vieja rival, Angela Merkel.

Nació en 1955 en el seno de una familia católica conservadora en la ciudad de Brilon, en Renania del Norte-Westfalia, en el centro de Alemania, y se unió a la juventud de la CDU mientras aún estaba en la escuela. Entró en política a tiempo completo en 1989, cuando fue elegido miembro del Parlamento Europeo a sus 33 años.

Después de cumplir un mandato como eurodiputado, Merz, casado y padre de tres hijos, fue elegido miembro del Bundestag (el parlamento alemán) y se estableció como un líder en política financiera. En 2003, sostuvo que las normas tributarias alemanas deberían ser lo suficientemente simples como para calcularlas en el reverso de un posavasos.

Abandonó la política por completo en medio de una disputa con Merkel, antes de reincorporarse en 2018 después de que ella anunciara su decisión de dejar el mando de Alemania.

Merz ha abogado firmemente por apoyar a Ucrania en su lucha contra la invasión a gran escala de Rusia, pidiendo incluso que Berlín proporcione misiles Tauris de fabricación alemana, algo que el Gobierno de Scholz ha rechazado.

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Alice Weidel, a la izquierda, y Tino Chrupalla, colíderes del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, suben al escenario durante un congreso del partido en Riesa, Alemania, el 11 de enero. Crédito: Jens Schlueter/AFP/Getty Images/Archivo.

Se espera que esta noche sea monumental para el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán).

Desde que se convocaron las elecciones, las encuestas los sitúan en un claro segundo puesto. El hecho de que pudieran conseguir alrededor del 20% de los votos marcaría un gran cambio en el espectro político alemán. En 2021, solo obtuvieron el 10%.

Las recientes elecciones regionales y europeas podrían ser un barómetro de su continuo ascenso.

Terminaron segundos en la votación de la Unión Europea y, a nivel regional, en sus áreas centrales de Alemania del Este, el estado de Turingia se convirtió en la primera región alemana en elegir un partido de extrema derecha desde la era nazi.

El partido es abiertamente antiinmigratorio y ha sido calificado de “presunto extremista”, lo que permite una mayor vigilancia por parte de los servicios de inteligencia.

Por qué no llegarán al poder: las dificultades para el partido vendrán después de los resultados y de cómo se forme el próximo gobierno alemán.

Es probable que exijan un papel en el gobierno, pero una regla no escrita de la política alemana básicamente congela cualquier cooperación de la corriente dominante con los partidos de extrema derecha: se la conoce en alemán como Brandmauer, el cortafuegos.

En un momento anterior de la campaña electoral, Friedrich Merz puso a prueba la estabilidad del cortafuegos al aprobar una legislación migratoria no vinculante con la AfD, lo que desencadenó protestas masivas en toda Alemania.

El resultado más probable es que queden excluidos de cualquier coalición, pero ten por seguro que denunciarán juego sucio.

Los votantes alemanes se encuentran en una encrucijada generacional. El rumbo que tomen determinará el futuro de Europa.

Hasta hace poco, la nación que se reconstruyó después del desastroso período nazi era, bajo la canciller Angela Merkel, no solo la brújula moral del continente sino también su confiable motor económico.

Todo eso parece estar en juego, ya que, como muchas de las otrora grandes naciones del norte de Europa, su economía sufre, la migración está aumenta y su población mira hacia los populistas de derecha, específicamente en Alemania, la Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), en busca de soluciones.

Hace casi 200 años, el diplomático alemán Klemens von Metternich, que pasó su vida intentando equilibrar los poderes de Europa y mantener a Rusia a raya, dijo la famosa frase: “Cuando Francia estornuda, el resto de Europa se resfría”.

Si el expríncipe viviera hoy, bien podría decir lo mismo de su tierra natal.

Si el partido de extrema derecha AfD logra sorprender, superar las expectativas y conseguir controlar el Estado alemán, otros partidos de derecha europeos, como el Agrupación Nacional de Francia (RN, por sus siglas en francés) y el Partido Reformista del Reino Unido, se alegrarán. También lo hará la Casa Blanca de Trump.

La derecha populista de Europa representa problemas para la unidad europea, lo que a su vez es una mala noticia para una Ucrania que necesita desesperadamente que sus aliados occidentales cercanos se mantengan en sintonía para apoyarla contra Rusia.

Como un capricho de la historia, el mismo año en que Metternich estaba preocupado por los estornudos de Francia, Ucrania se estaba formando brevemente como nación, unida por primera vez bajo la bandera azul y amarilla que todavía usan hoy.

La realidad actual es que el cambio en Europa nunca se ha detenido; sus naciones poderosas, como Alemania, son tan fundamentales ahora como hace dos siglos, lo que significa que serán observadas de cerca en todo el mundo, y particularmente en Kyiv.

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, principal candidato a canciller del partido socialdemócrata SPD de Alemania, espera antes de emitir su voto para las elecciones parlamentarias en un colegio electoral en Potsdam, este de Alemania, el 23 de febrero de 2025. Crédito: RALF HIRSCHBERGER/AFP vía Getty Images.

El actual canciller de Alemania y líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Olaf Scholz, y su esposa y compañera política del SPD, Britta Ernst, emitieron sus votos en la ciudad de Potsdam, cerca de Berlín.

Se espera ampliamente que el SPD de Scholz se encamine a una derrota en las elecciones anticipadas que se desencadenaron cuando perdió un voto de confianza en el parlamento alemán, el Bundestag.

El futuro del propio Scholz como líder del partido es incierto: una encuesta realizada en septiembre pasado clasificó a Scholz como el canciller alemán menos popular desde la reunificación y antes de las elecciones hubo rumores de que su partido quería que Boris Pistorius, el actual ministro de Defensa, lo reemplazara como principal candidato del partido.

El líder de la CDU, Friedrich Merz, emite su voto en un colegio electoral en las elecciones parlamentarias federales anticipadas el 23 de febrero de 2025 en Arnsberg, Alemania. Alemania celebra elecciones hoy tras el colapso de la coalición de gobierno tripartita en noviembre pasado. Crédito: Hesham Elsherif/Getty Images.

El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y favorito para ser el próximo canciller, Friedrich Merz, votó en la ciudad de Arnsberg, en el oeste de Alemania, su ciudad natal. Estuvo acompañado por su esposa, la juez Charlotte Merz, con la que lleva casado casi 44 años.

En Alemania abrieron los centros de votación para las elecciones generales de este domingo que, según los sondeos, traerán un nuevo canciller y una nueva coalición de gobierno.

Las elecciones del país suelen ser un poco áridas y predecibles, pero esta campaña ha sido agitada en comparación.

El pasado noviembre, el canciller Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD, por sus siglas en alemán), despidió sin contemplaciones a su ministro de Hacienda. Scholz perdió entonces un voto de confianza, desencadenando elecciones parlamentarias anticipadas.

Poco después, Elon Musk, el hombre más rico del mundo y hombre de confianza de la istración Trump, se metió en la campaña, expresando su apoyo a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán).

La intervención de Musk generó un debate nacional sobre cómo Alemania recuerda su propia historia del siglo XX. El canciller calificó de “repugnante” el apoyo de Musk a los políticos de extrema derecha en Europa.

Por su parte, es probable que la AfD abra nuevos caminos en la política alemana, ya que los sondeos de opinión sugieren que podría convertirse en el segundo grupo político más grande del país, algo inédito para un partido de extrema derecha desde la época nazi.

Dos temas clave han dominado la campaña: frenar la migración masiva y enderezar la tambaleante economía del país.

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Carteles electorales de varios partidos en los postes de luz de Frankfurt, Alemania. Crédito: Michael Probst/AP.

Las elecciones anticipadas se llevan a cabo tras el colapso de la coalición tripartita del canciller Olaf Scholz en noviembre y es casi seguro que provocarán un cambio de gobierno.

Casi 60 millones de personas están habilitadas para votar en el país más poblado de Europa. Quien gane tendrá la tarea de revivir la moribunda economía alemana y enfrentar la realidad de que la istración de Trump se está alejando de los lazos de seguridad que mantiene desde hace mucho tiempo entre Estados Unidos y Europa.

A continuación se presenta una breve guía sobre la votación.

¿Quiénes se presentan? En total, hay siete partidos clave. El Partido Demócrata Cristiano (CDU), de centroderecha, y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), liderados por Friedrich Merz, representan a los conservadores tradicionales de Alemania. Luego está el Partido Socialdemócrata (SPD), de centroderecha, liderado por el actual canciller Olaf Scholz. También compiten la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), el ecologista Partido Verde, el Partido Democrático Libre (FDP), centrado en los negocios, así como La Izquierda (Die Linke) y la ultraizquierdista Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).

¿Qué dicen las encuestas? Las encuestas previas a las elecciones del domingo sitúan a la CDU con una clara ventaja sobre la AfD, por un margen de entre 8 y 10 puntos porcentuales. La AfD está en segundo lugar, por delante del SPD de Scholz, con un 20%, según sugieren la mayoría de las encuestas. Pero todos los partidos tradicionales han descartado trabajar con la AfD, lo que significa que probablemente no formará parte de ningún nuevo gobierno. Los partidos individuales rara vez obtienen mayorías en Alemania, por lo que la CDU necesitaría formar una coalición.

¿Cuáles son los temas clave? Los votantes esperan que el nuevo gobierno sea capaz de reactivar la mayor economía de Europa, que apenas ha crecido desde la pandemia, afectada por la competencia de China y el aumento de los precios de la energía a causa de la guerra en Ucrania. La inmigración también ocupa un lugar preponderante y ha sido un tema central de la campaña de la AfD. Una serie de atentados, el más reciente de los cuales fue un atropello con un coche en Múnich en el que murieron una madre y su hija, han alimentado el debate sobre la seguridad interior y las políticas migratorias de Alemania.